EPILEPSIA Y LENGUAJE

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En este artículo hablamos de síndromes epilépticos y su relación con el lenguaje. En los niños/as, las causas de la epilepsia se deben a factores neonatales en la mayoría de los casos. El desarrollo del lenguaje de un niño/a que presenta epilepsia no difiere demasiado del lenguaje de un niño/a que no la presenta. Uno de cada siete niños presenta problemas en el lenguaje y, uno de cada cien presenta epilepsia, por lo que es frecuente que un trastorno del lenguaje y un síndrome epiléptico aparezcan a la misma vez. Otra causa menos frecuente es que una infección en la corteza temporal, en las áreas del lenguaje, provoque epilepsia y trastorno del lenguaje.

 

En el Síndrome de West, la epilepsia es una de las manifestaciones más frecuentes. Los niños/as con este síndrome presentan alteraciones en el habla y la voz, disartria y afasia, así como dificultades de aprendizaje. Dependiendo de la intensidad de las crisis epilépticas y de la zona afectada, el desarrollo del lenguaje se verá mas o menos afectado.

En la afasia se dañan áreas del cerebro que se encargan del lenguaje, provocando alteraciones en la comprensión, la expresión, lectura y escritura. La ausencia de control epiléptico va a provocar además problemas de comportamiento que dificultan la integración del niño/a. Así, en estos niños/as el lenguaje está afectado por las crisis epilépticas en las áreas del lenguaje, siendo necesario en la mayoría de los casos el uso de un sistema aumentativo o alternativo de comunicación. A la hora de elegir un sistema aumentativo o alternativo de comunicación (SAAC), tendremos en cuenta las características del niño/a y sus dificultades, para que el uso de este sistema sea eficaz y funcional. La colaboración con la familia a la hora de implantar un SAAC es fundamental para lograr la generalización en el día a día del niño/a.

 

La capacidad de aprendizaje en los niños/as que presentan epilepsia es diferente en cada niño/a, por lo que debemos diseñar un plan de intervención específico para cada niño/a. Las dificultades más frecuentes las observamos en el proceso de lectoescritura, necesitando adaptaciones específicas para lograr que este aprendizaje se lleve a cabo con éxito. También encontramos dificultades en las áreas perceptivas visual y auditiva y en grafomotricidad, por lo que debemos hacer hincapié en un correcto aprendizaje de los prerrequisitos de la lectoescritura, como son un desarrollo psicomotor adecuado, lateralidad, esquema corporal y estructuración perceptiva visual y auditiva. Así, se deben proponer actividades para trabajar estas áreas.

 

La epilepsia puede afectar a las áreas cerebrales del lenguaje, según la zona afectada y la extensión de la lesión. Podemos encontrar desde un retraso general del lenguaje, hasta dificultades para denominar o para articular palabras y frases.

En estos casos es eficaz mantener un contacto ocular adecuado, para asegurarnos que el niño/a entiende lo que queremos decirle, sobre todo dentro del aula.

Podemos encontrar también problemas de memoria, ya sea por efectos de la medicación o por la afectación cerebral. Cuando se ve afectada la memoria a corto plazo, aparecen dificultades para recordar información como órdenes verbales o las tareas que tenía que realizar.

También son frecuentes las dificultades socioemocionales y suelen sufrir acoso escolar. Se frustran con facilidad y aparece ansiedad y miedo. Así, también es importante el trabajo psicológico en estas áreas.

 

Fdo. Asunción Navajas Santos.

Logopeda.


Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

 

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