LAS CONSECUENCIAS DE LA SOBREPROTECCIÓN

Comparte en redes sociales

Estimados lectores, hoy voy a hablaros de las consecuencias que tiene proteger en exceso a nuestros hijos y del daño, en lugar del beneficio que esto le genera.

Es por ello que vamos a intentar a través de este artículo, dar tips o pautas para establecer una correcta disciplina sin caer en el error de sobreproteger. Cuando hablamos de no sobreproteger no nos estamos refiriendo a no dar cariño o afecto a nuestros hijos, no sobreproteger no está reñido con eso, sino a marcar de forma correcta las normas, a establecer límites, ser consecuentes con lo que hacemos, ir de la mano en la educación y dar ejemplo como padres.

 

Hoy en día hablamos de madres y padres helicópteros, término que acuñó Foster Cline y Jim Fay, tras el caso de Luca, el niño italiano al que tanto su madre como sus abuelos habían protegido de tal forma,  que con 12 años, presentaba retraso en su desarrollo motórico, dado que por miedo a que le ocurriese algo, no le permitían jugar con otros niños, salir a la calle, ir a excursiones, o practicar deportes. Pues bien, aunque parezca raro, cada vez más me encuentro con este tipo de madres y padres en consulta, que llegan después a tener verdaderos problemas con sus hij@s.

 

Cuando hablamos de padres y madres helicópteros, nos estamos refiriendo a aquellos que sobrevuelan sobre sus hijos constantemente con la intención de ser los mejores padres y evitar que cometan errores, intentando encontrar lo mejor para sus hijos.

Estos padres se caracterizan por llevar la agenda de sus hijos totalmente estructurada, apuntándolos a actividades extra escolares, que según ellos van a favorecer su desarrollo.

 

Además suelen ser padres y madres que le dan mucha importancia a las notas de sus hijos, por lo que estudian con ellos, de tal forma que cuando hablan de las actividades de sus hijos, de tareas de estudio o responsabilidades del niño en general, se incluyen a ellos mismos, y los oyes decir: mañana tenemos examen de lengua, o está mañana hemos preparado la mochila, esta semana hemos tenido dos partidos….de esta forma el niño o niña asume que lo que debe ser su responsabilidad, es compartida normalmente con sus padres, o en algunos casos incluso, no tiene ni siquiera la percepción de tener ninguna responsabilidad, ya que esta es asumida en su totalidad por su padre o madre. Suelen ser padres y madres que justifican continuamente los errores de sus hijos, de tal forma que cuando alguna vez desde el colegio se les dice que su hijo ha podido hacer algo que no es adecuado, suelen echar balones fuera, considerando que la culpa de lo que ha ocurrido no es de sus hijos, sino de agentes externos, como otros compañeros, que el profe no lo entiende o que ese día no había dormido bien y tenía sueño, y por eso tuvo ese comportamiento.

 

Todo esto va generando a lo largo de los años un perfil de persona “blandita”, poco acostumbrada a equivocarse, que espera que los demás le resuelvan sus problemas ya que ellos no saben, pues nunca lo han llegado a entrenar. Pero esto no es lo peor, lo peor es que generan en sus hijos un gran sentimiento de inseguridad y dependencia emocional de los otros.

 

Hoy os damos algunos consejos sobre cómo podemos evitar la sobreprotección en nuestros hijos:

 

  • Establecer normas. Nuestra sociedad debe llevar a cabo normas para poder convivir, e igualmente, los padres, tenemos la responsabilidad de establecer normas en casa. Es por ello que mientras antes acepten nuestros hijos que en la vida existen normas que deben cumplir, y que a veces las cosas son como son porque así lo dice la norma, pues mucho mejor.

 

 

 

  • Marcar límites y establecer consecuencias. Es importante que los niños aprendan que cuando sobrepasamos ciertos límites tenemos consecuencias. Nuestros actos pueden tener consecuencias positivas o negativas, dependiendo de nuestra conducta. Esta premisa es también necesaria conocerla cuanto antes.
  • Ser consecuentes con lo que decimos y hacemos. Las contradicciones en lo que decimos y cómo actuamos, las amenazas o los chantajes emocionales no sirven en los niños, y dan margen a la desobediencia. Si continuamente estamos diciendo te voy a castigar pero después nunca lo hacemos, el niño ya sabe que las amenazas no se cumplen, por lo que continua desobedeciendo.
  • Ir de la mano en la educación de los hijos, tanto ambos padres como todas las personas que participan en su educación. Los padres que se contradicen y desautorizan continuamente delante del niño, los padres que no van de la mano con los profesores del colegio, o los padres que delegan la educación de sus hijos en otras personas (abuelos, cuidadores etc…), y después conceden todo lo que el niño pide porque tienen sentimiento de culpa por no estar con ellos, ejercen también un gran efecto de sobreprotección en sus hijos.
  • Asumir responsabilidades. Otra de las cosas que debemos gestionar como padres en nuestros hijos es enseñarlos a ser responsables y no asumir las propias responsabilidades que competen a los hijos, los padres u otras personas. Es necesario enseñarle a nuestro hijo que los estudios, el orden en su cuarto, preparar su mochila, hacer su desayuno o merienda etc… es su responsabilidad, no la nuestra. Es por ello que desde pequeños es importante otorgarles tareas en casa a través de la cuales vaya asumiendo esas responsabilidades.

 

Todos estos consejos os van a ayudar a no ser un padre o madre helicóptero. Además y lo más importante, vamos a conseguir con ello que nuestros hij@s sean personas libres y seguras de sí mismas.

 

 

Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.

 

 


Sobre la autora:

Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

 

Otros artículos: