LA GESTIÓN DE EMOCIONES

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Estimados lectores, hoy os vamos a hablar de cómo aprender a gestionar las emociones, algo muy básico, pero a la vez muy necesario para tener una buena regulación mental y emocional.

 

Cuando hablamos de gestión de las emociones nos estamos refiriendo al hecho de ser conscientes de las emociones que sentimos, aceptarlas y regularlas si es necesario. Las emociones forman parte de nosotros y tienen una función adaptativa importante, por lo que hay que aprender a aceptarlas y llevarse con ellas lo mejor posible.

La inteligencia emocional es un concepto que popularizó Daniel Goleman, un reconocido psicólogo norteamericano, que hizo que la inteligencia emocional se conociera en todo el mundo gracias a su best-seller: La Inteligencia Emocional (1995), aunque la idea de la inteligencia emocional, deriva de la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner.  Las investigaciones han confirmado que la inteligencia emocional ayuda en múltiples aspectos, tales como a mejorar el rendimiento del trabajo y la productividad, reducir y proteger contra el estrés, la ansiedad y la depresión, favorecer las relaciones interpersonales y empatía, mejorar el desarrollo personal, así como la capacidad de liderazgo, favorecer el bienestar psicológico y aumentar la motivación.

Hoy os vamos a dar algunos consejos para llevar una mejor gestión de las emociones:

  1. Tomar conciencia de ellas. Es muy importante conocer nuestras propias emociones y saber que efecto tienen éstas sobre nuestro comportamiento. Para ello podemos apuntar durante el día las emociones que sentimos, hacer balance por ejemplo antes de dormir de cómo ha ido el día y anotar que emociones hemos sentido y como ha afectado a nuestro comportamiento.
  2. Aceptarse a uno mismo tal y como es. A veces gestionamos mal las emociones porque no ajustamos bien nuestras expectativas como personas. Es importante conocerse bien, analizar que aspectos de nuestra vida nos gustan más o menos y como toleramos determinadas situaciones. De esta forma estaremos prevenidos a la frustración y nuestras experiencias supondrán para nosotros un aprendizaje.
  3. Intentar pensar en positivo y controlar los pensamientos negativos. Las emociones negativas causan malestar, y es loable e incluso beneficioso que sea así, ante lo cual solo podemos analizarlas y dejarlas pasar. Centrarse en las emociones positivas, y darles a las negativas el valor que tienen pero sin recrearse en ellas, es una de las cosas que podemos llevar a cabo para una mejor gestión de las mismas.
  4. Retirarse a tiempo. Poseer una buena capacidad de inteligencia emocional también implica reconocer el disparador que hace que nos emocionemos. Es por ello que muchas veces la mejor alternativa va a ser una retirada a tiempo, dado que permanecer en zona de conflicto solo va a hacer que se nos disparen nuestras emociones. Si sabemos cuando, donde o ante que saltamos y percibimos emociones negativas, es más factibles salir de esa situación, siendo eso una decisión emocionalmente inteligente.
  5. Llevar a cabo hábitos saludables. Realizar actividades que mejoren nuestra salud, como dormir de forma adecuada un buen número de horas, llevar a cabo una correcta alimentación, hacer deporte de forma habitual o practicar alguna estrategia de meditación como por ejemplo mindfullnes, son otras de las cosas que podemos llevar a cabo para tener una buena gestión de emociones.

 

Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga, especialista en Psicología Infantil.


Sobre la autora:

Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

 

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