¿QUÉ EMOCIONES SENTIMOS EN CONFINAMIENTO?

Comparte en redes sociales

Estimados lectores, hoy os vamos a hablar de las emociones que podemos estar sintiendo o experimentando en este período de confinamiento y que podemos hacer para gestionarlas y controlarlas.

La primera emoción que creo que estamos sintiendo tod@s en estos momentos es el miedo. Miedo a contagiarnos, a perder a un ser querido o a contagiar a otros.

 

El miedo, es una emoción que sentimos prácticamente desde el nacimiento y es una emoción totalmente adaptativa, ya que nos permite la supervivencia. El miedo es lo que nos hace en estos momentos no salir de casa, lavarnos las manos continuamente, respetar las normas etc… el miedo es además una emoción evolutiva, que va cambiando a medida que vamos creciendo.

Otra emoción que podemos sentir en estos momentos es la tristeza. Sentimos tristeza cuando perdemos algo o a alguien. Perdemos a un ser querido, perdemos una situación, un trabajo, una pareja….es fácil en este momento sentir tristeza, aun cuando no hayamos perdido a un ser querido, dado que también somos seres sociales y nos contagiamos de las emociones de otros. Escuchar que fallece gente, oír historias de pérdidas de empleo, o de gente que de la noche a la mañana lo pierdo todo, nos hace sentirnos muy tristes, aun cuando no nos está afectando directamente a nosotros mismos.

Es muy normal también en estos momentos sentir rabia. Solo hay que bucear un poco en internet o en las redes sociales para ver que la gente está irascible y rabiosa. Necesitamos culpar a algo o a alguien de lo que nos ha pasado y nos cuesta aceptar que esto hubiera sucedido igualmente si hubiese sido gestionado por unos u otros dirigentes, ya que era muy difícil de controlar.  La ira es una de las emociones humanas básicas, puede venir de dentro de nosotros, por frustración, o desencadenarse por una situación externa y transformarse en agresividad.

Todos podemos llegar a notar cuando estamos molestos o cuando nos comportamos de forma vengativa o rencorosa, sin embargo, no todas las personas son capaces de identificar de forma correcta que es lo que le lleva a enfadarse, ni que emociones están asociadas a ese enfado. Aprender a enfadarse es por tanto, aprender a tolerar la frustración y saber canalizarla de forma adecuada, para no desviarla ni que afecte a más campos o personas de los que debe. Enfadarnos es algo normal y sano, y en muchos casos hasta recomendable, siendo como digo una emoción que en estos días de confinamiento podemos expresar con frecuencia, ya que además se ve avivada por no poder salir de casa. Es sano que nos enfademos, sin embargo por nuestra propia salud mental, también es importante que aprendamos a perdonar y aceptar lo que nos ha tocado vivir.

Otra emoción que nos está afectando bastante es la incertidumbre. El no saber que va a pasar, cuando va a terminar o como va a acabar todo… nos genera otras emociones asociadas como ansiedad y miedo. El hecho además de que ni siquiera nuestros propios dirigentes lo sepan, todavía genera mayor angustia, ya que necesitamos que quien está al mando no diga que debemos hacer y como, y no saber que va a pasar nos hace tener sensación de pérdida de control. Ese desasosiego nos lleva incluso a paralizarnos y no ser capaces ni de pensar ni de actuar.

 

Todas estas emociones y otras muchas pueden estar surgiendo en este período de confinamiento.

 

¿Cuál es por tanto mi consejo de hoy?

 

  • Aprender a identificarlas.
  • Saber y conocer que las causa.
  • Aceptar que no las podemos cambiar.
  • Transformarlas, aprovecharlas como oportunidades.
  • Hacer ejercicios mentales, lo que pensamos esculpe nuestras emociones, imaginar como las podemos cambiar.
  • Experimentar también otras emociones positivas del confinamiento y vivirlas con plena consciencia (amor con nuestros seres queridos, felicidad de estar más tiempo con ellos, paciencia, …).

 

Espero que estos consejos os sirvan en estos días y os deseo un feliz confinamiento.

 

Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga general sanitaria.

Col. Nº:AN-05413.

 


Sobre la autora:

Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

 

Otros artículos: