¿QUÉ ES EL TANV O TRASTORNO DEL APRENDIZAJE NO VERBAL?

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El trastorno del aprendizaje no verbal, es el menos conocido de los trastornos del aprendizaje y por ello, muy probablemente, está infra diagnosticado. Además de esto, dado que comparte con otros trastornos del aprendizaje algunas características, muchas veces se pasa por alto y se diagnostica como otro trastorno. Sin embargo, cada vez nos encontramos con más niños que lo presentan, incidiendo este trastorno, no solo en su aprendizaje, sino también en otros aspectos como pueden ser sus relaciones sociales.

 

Los niños con TANV suelen presentar dificultades en tareas que requieren una buena coordinación de la motricidad fina, y de la percepción y orientación espacial. Sus dificultades repercuten en el grafismo, en actividades de construcción como los puzles, orientación y distribución de las tareas escolares en el papel, aprendizaje de hábitos de autonomía (vestirse, abrocharse botones, coordones…) y en actividades deportivas. Todo esto les hace parecer torpes, sin embargo destacan por sus habilidades relacionadas con el lenguaje. Son por tanto capaces de utilizar un vocabulario muy rico, con expresiones elaboradas. Sin embargo esta habilidad en el lenguaje oral, unido a la torpeza motora y a la ingenuidad que pueden presentar en las relaciones sociales con los iguales, los lleva a mostrar en ocasiones problemas con los otros, presentando una mejor relación con los adultos.

 

Como en todos los trastornos del aprendizaje, existe una gran variabilidad entre un niño y otro en cuanto a la presencia de mayor o menor número de características propias de estos trastornos. El TANV es, probablemente, el trastorno en el que esto sucede de forma más clara. Por lo tanto podemos encontrarnos desde niños con unas manifestaciones leves en algunos aprendizajes escolares, hasta otros con importantes dificultades académicas, de coordinación motriz y de relación.

 

De todo el funcionamiento cognitivo, social y de aprendizaje en el TANV, destacamos los siguientes:

 

  • Lenguaje: el lenguaje y la memoria son los puntos fuertes de los niños con TANV. Suelen adquirir precozmente el lenguaje y poseen una gran riqueza gramatical y de vocabulario. Son niños con una forma de hablar parecida a la de los adultos, especialmente cuando hablan de temas que son de su interés. En cambio, pueden tener dificultades para seguir una conversación de temas relacionados con la vida cotidiana, sobre todo si es necesario interpretar sutilezas, dobles sentidos o ironías. Además le resulta difícil extraer la idea principal de una historia o de una película, y a veces sólo captan los detalles. En cuanto a los aprendizajes escolares, no suelen presentar problemas en el aprendizaje de la lectura; y en algunos casos, incluso destacan con respecto a la fluidez lectora; sin embargo muestran dificultades para comprender lo que leen y para la escritura, sobre todo para el grafismo.
  • Motricidad: los niños con TANV suelen ser muy torpes para las actividades que requieren coordinación del movimiento. Esta torpeza se manifiesta tanto en las actividades deportivas, como en la destreza manual para dibujar, escribir, abrocharse botones o los cordones de los zapatos. Esta pobre de destreza y el consiguiente rechazo a las actividades deportivas, les complican la integración y participación en actividades grupales.
  • Percepción y orientación espacial: la integración de la información táctil y visual es deficitaria en las personas con TANV. Esta falta de habilidad condiciona que muestren dificultades de orientación en el espacio, así como poca comprensión y retención de la información visual.
  • Relaciones sociales: los niños con TANV suelen presentar dificultades para interpretar la comunicación no verbal. Es por ello que inicialmente pueden mostrarse muy abiertos para entablar una relación, pero luego les cuesta mucho mantenerla. A veces pueden hacer comentarios inadecuados sin tener en cuenta el contexto o las normas sociales básicas. Esto unido a las dificultades motrices que suelen presentar, les hace desenvolverse socialmente mejor con adultos que con iguales.

 

La intervención a la hora de ayudar al niño o niña que presenta TANV debe ser desde diferentes enfoques:

  1. A nivel psicopedagógico: la escritura, la comprensión lectora, las matemáticas, educación física o plástica son algunas de las cosas que se debe contemplar en la intervención.
  2. Intervención en habilidades sociales: enseñarle verbalmente estrategias para mejorar los aspectos pragmáticos del lenguaje y comprender la comunicación no verbal, modelar su comportamiento en determinadas situaciones sociales, generar interés por las relaciones con los iguales o fortalecer la independencia del niño de forma gradual, son algunas de las cosas que se deben trabajar con él para mejorar las relaciones sociales.
  3. A nivel fisioterapéutico y psicomotor: es importante la intervención en el área de orientación espacial y de coordinación motriz, de tal forma que sea capaz de describir el significado de la información visual, y orientarse y moverse de forma autónoma por el espacio. Trabajar con él los horarios y utilizar referencias espaciales, van ayudar a mejorar su orientación espacio-temporal. Además de esto, enseñarle a hacer cosas básicas como puede ser ejercicios de coordinación adaptados a su edad, enseñarle trucos para vestirse de forma adecuada, hacerle partícipe en deportes o poner especial atención en la prevención de accidentes, van a facilitar también su mejora a nivel de coordinación.
  4. En el plano emocional: los niños con TANV, suelen presentar a veces excesiva ansiedad y preocupación ante situaciones en las que no pueden anticipar que va a pasar; es por ello que es importante proporcionarle un contexto predecible y estable en el que se sienta seguro; asegurarnos de que no sufra acoso ni físico ni psicológico, así como ayudarle a mejorar su autoestima y reforzar sus puntos fuertes, van ayudarlo a sentirse seguro y proyectar una imagen positiva de sí mismos frente al grupo de iguales.

 

 

Fdo. Pilar Muñoz Alarcón.

 


Sobre la autora:

Pilar Muñoz Alarcón.

Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

 

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