¿QUÉ ES LA TERAPIA OROFACIAL Y PARA QUÉ SIRVE?

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¿Qué es la terapia orofacial y para qué sirve?

Cuando no contamos con las herramientas adecuadas para realizar nuestro trabajo, nos supone un obstáculo a la hora de intervenir con nuestros pacientes. La patóloga del habla y Lenguaje, Debra C. Lowsky, ha proporcionado a los logopedas una herramienta de motricidad orosensorial que nos permite mejorar los resultados de la intervención en personas con problemas de articulación, de alimentación y sensoriales. En su libro «Consejos y técnicas para el Z-vibe y el Z- Grabber «, Debra comenta que «los dispositivos Z-vibe y Z-Grabber utilizan estímulos táctiles selectivos dentro de la cavidad bucal para mejorar el tono muscular y el desarrollo de la motricidad orosensorial¨.

Cuando usamos estas herramientas dentro de la consulta del logopeda para mejorar la articulación de un fonema o para mejorar la capacidad de alimentación, no sólo utilizamos el Z-vibe. Además de los ejercicios de motricidad orofacial, complementamos con otros de discriminación auditiva en el caso del habla, o con el trabajo de otros profesionales como fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales. Tanto el Z-vibe como el Z- Grabber son dos herramientas que nos facilitan el trabajo con los pacientes con alguna alteración oromotriz o sensorial, pero no sustituyen ninguna terapia ni se deben usar de forma independiente o aislada del resto de la terapia.

A través de la terapia de motricidad orofacial, aumentamos la conciencia oral, mejoramos la alimentación, la masticación y la introducción de alimentos con diferentes texturas. También ayudamos a elevar la lengua y conseguir movimientos laterales, para mejorar la pronunciación. Realizamos estimulación sensorial, relajamos y aliviamos el dolor.

En los casos en los que existe hiposensibilidad, la terapia orofacial ayuda a regular la sensibilidad,
al igual que en los casos en los que existe hipersensibilidad. Este tipo de terapia también reduce el babeo. Podemos proporcionar estimulación oral dando un masaje en las encías, observando siempre la reacción de la persona y ajustando la intensidad de la estimulación. También podemos estimular las mejillas, los labios y la lengua. Para estimular los labios, podemos usar una piruleta, frotándola en el labio superior, el inferior o en las comisuras, pidiendo al niño/a que lleve la lengua hasta ese lugar. De la misma forma, podemos tocar lugares específicos dentro de la boca y pedir al niño/a que toque el mismo sitio con la lengua. Si usamos alimentos fríos, aumentamos las sensaciones.

La estimulación de los labios es importante tanto para la alimentación como para la pronunciación. Si no existe un correcto sellado labial, podemos encontrar dificultades para la pronunciación de los sonidos p, b y m, así como para la o, u o el sonido ch. A la hora de la alimentación, el sellado labial es importante para mantener los labios cerrados alrededor de un vaso o una cuchara. El grado de apertura y estabilidad de la mandíbula también afecta tanto a la articulación como a la alimentación. No realizamos el mismo grado de apertura para comer un bocadillo que para comer sopa, o para pronunciar la i o la a. En cuanto a la lengua, es importante disociarla de la mandíbula para producir los sonidos t, d o n. Debemos ser capaces de lateralizar la lengua para desarrollar habilidades de alimentación adecuadas.

A través de la terapia orofacial podemos ayudar a mejorar o superar estas dificultades, desde bebés hasta adultos. Si contamos con las herramientas y los profesionales adecuados, nuestros problemas de alimentación o de pronunciación pueden resolverse, mejorando así la calidad de vida.

Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

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Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

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