TRASTORNOS ALIMENTARIOS Y CONFINAMIENTO

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Se pueden definir los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) como un grupo de trastornos mentales cuya principal característica es la expresión de una serie de conductas alteradas y persistentes con respecto a la alimentación, que causan a las personas que los padecen graves problemas físicos, psicológicos y sociales.

Ante la situación de confinamiento que vivimos existen muchos factores que pueden agravar las conductas alimentarias, empeorando el estado emocional del paciente.

En el confinamiento experimentamos ciertos sentimientos de malestar, irritabilidad y emociones negativas, las cuales tenemos aprender a gestionar de forma diferente durante la cuarentena.

Sabemos que las personas que presentan algún trastorno alimentario presentan dificultades para la gestión emocional y que se pueden ver afectados en mayor medida por la situación que estamos viviendo.

Estos pacientes presentarán más dificultades para gestionar o canalizar este tipo de emociones, los cuales poseen extrema fragilidad emotiva que durante estos días agravan su trastorno. Demasiado tiempo en casa, sin actividades o tareas diarias, puede conducirlos hacia un empeoramiento de su estado emocional con mayor irritabilidad, depresión e incremento de pensamientos negativos.

Muchos de estos pacientes viven con sus familias, y en la mayoría de casos presentan situaciones de agobio ante los continuos conflictos familiares, que son agravados debido al confinamiento.

¿Qué puedo hacer si presento TCA y me encuentro en confinamiento?

Es importante establecer hábitos y rutinas diarias, no tienen por qué ser exactamente como las que realizabas antes del confinamiento. Estas rutinas pueden tener otros horarios y pueden flexibilizarse. Lo importante es que todos los días intentes seguir algunas de las actividades que apuntaste en tus tareas. Continuar con nuestro horario habitual de alimentación, sueño, aseo y vestido, es decir, aunque este en casa no debo permanecer todo el día en pijama.

No tengas miles de actividades por hacer, establece planes que puedas cumplir. No hay una fórmula establecida como correcta para estar en confinamiento. Puedes hacer los planes durante la misma mañana y dividirlos para completar el día.  Es importante dividir el día entre pasar tiempo sola, con la familia con trabajo y con actividades de ocio.

Recuerda que lo importante es pasarlo lo mejor posible, no consiste en amargarte imponiéndote un millón de actividades que son imposibles cumplir en un día. Se realista con tus planes y objetivos.

Si vives en familia intenta tener momentos con la familia en los que podáis compartir conversaciones o recuerdos agradables, así como apoyarte en la familia para compartir los pensamientos y emociones que te agobian. Ellos son tu apoyo y en estos momentos más que nunca tenemos que permanecer unidos.

Compagina los momentos con la familia con momentos de calma y relajación para ti. Prácticas alguna actividad que favorezca situaciones de tranquilidad y calma, como ejercicios de relación o de respiración.

Conserva las amistades y practica la conversación con ellos por via telefónica o videollamadas, interésate por sus experiencias personales y comparte las tuyas propias. No olvides poner un tiempo límite para la utilización de redes sociales y canales de comunicación, ya que la sobreinformación y la utilización en exceso de estas nuevas tecnologías nos puede llevar a sentir una mayor ansiedad y angustia.

Aprende a identificar emociones, piensa que es lo que ocurrió antes de que te sintieras de una forma determinada, pon nombre a la emoción y da explicación a tu sentimiento. Puede que haya ocurrido algo que haya precipitado tal emoción o que quizás no haya nada que la haya precipitado, en cualquier caso, es buen momento para trabajar estas emociones negativas, conocerlas y aceptarlas. Acepta que hay emociones desagradables que a todos nos pasa, y que son inevitables sentirlas en algún momento del día. Piensa todos los días en alguno de los momentos vividos durante el mismo, en mucho de ellos tenemos sentimientos o emociones positivas que en muchas ocasiones se enturbian por las negativas.

Aprovecha la oportunidad de cambiar estos estados de ánimo, aprovechando para ocupar tu tiempo en otras actividades placenteras o que nos generen calma, como leer, darte un baño, hacer algún tipo de manualidad, dibujar…etc.

Analiza pensamientos negativos e intenta buscar la raíz de los míos. Estos pensamientos intrusivos en muchas ocasiones nos minan y no nos dejan ver con claridad y verdadera racionalidad. En ocasiones la emoción lo nubla todo y no deja actuar al pensamiento lógico. Siéntate, respira, tómame tu tiempo y vuelve a mirar tu pensamiento con más calma, intenta analizar qué es lo que te está generando malestar y busca una solución posible.

Deja a un lado lo que no podemos hacer, no nos vamos a hundir en ello, intenta centrarte en las actividades que si podemos realizar. Sobre todo, ten presente que esta situación que vivimos es algo pasajero, que terminara pasando y el objetivo que estamos consiguiendo todos los días es salvar vidas. Tenlo muy presente.

Anotar todos los momentos positivos o diferentes del día, recuerda que una excepción positiva por muy pequeña que sea puede significar una mejoría y un cambio.

No olvides pedir ayuda profesional. En esta situación existen muchos recursos y profesionales que se encuentran trabajando de forma online, algunos de ellos con carácter gratuito debido a la situación. Si te encuentras en esta situación no dudes en consultar con un especialista, el estará encantado de ayudarte durante este trance. No se trata de aguantar un malestar continuo en silencio.

 

Fdo. Mª Carmen Rodríguez Álvarez.

 


María del Carmen Rodríguez
Licenciada en psicología.
Master en estudios avanzados en cerebro y conducta.

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