¿TU HIJO PRESENTA DISFEMIA O TARTAMUDEZ AL HABLAR?

La tartamudez o disfemia es un trastorno del habla (no un trastorno del lenguaje) que se caracteriza por interrupciones de la fluidez del habla, bloqueos o espasmos, que se acompañan normalmente de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés.

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La tartamudez es una dificultad en el habla que se caracteriza por la repetición involuntaria o la incapacidad para articular ciertas sílabas o sonidos.
El 20% de los niños tartamudea alguna vez en su vida, sobre todo en etapas en las que está adquiriendo el lenguaje. El problema suele desaparecer espontáneamente. Sin embargo, 1 de cada 20 niños no lo consigue, por lo que va a necesitar algún tipo de ayuda.
A continuación, ofrecemos algunos consejos para mejorar la fluidez en el habla.
En primer lugar, no hay que dar demasiada importancia al problema que presenta el niño. Debemos seguir de ejemplo, hablando pausadamente, controlando la respiración, el contacto ocular y dándole el tiempo que necesite para expresarse correctamente.
Otro factor importante es enseñarle una correcta respiración abdominal, así como mantener el cuerpo relajado. Podemos enseñar técnicas de relajación que luego podrá poner en práctica en las situaciones en las que lo necesite.
Por último, hay que señalar que además de los problemas de elocución, estos niños suelen presentar inseguridad, miedo, vergüenza…, por lo que otro aspecto importante a trabajar sería el control de estas emociones para superar estas dificultades lo antes posible.
Cuando un adolescente presenta tartamudez o disfemia, acude a la consulta por decisión propia o por la insistencia de padres y profesores. Esta diferencia del por qué acuden a recibir intervención logopédica es importante y un factor clave para la rehabilitación. Es importante establecer un buen vínculo con el adolescente y así conocer que papel tiene la tartamudez en su día a día.
La intervención en tartamudez no es igual en el niño que en un adolescente. Mientras que en el niño la terapia se lleva a cabo de forma indirecta, el adolescente ya es consciente de su disfluencia y la terapia será directa. Es imprescindible que identifique sus dificultades y sus capacidades de forma real y objetiva, así como expresar sus emociones.
Los aspectos claves del tratamiento son las pautas para mejorar la comunicación y los factores ambientales. La comunicación con los iguales es clave a esta edad. Además del habla, debemos intervenir sobre otros aspectos importantes en la comunicación como el contacto ocular, mantener los turnos en una conversación y fomentar la autoconfianza.
Por otra parte, también es importante identificar las situaciones en las que el adolescente siente temor o ansiedad, enseñándole a afrontarlas y evitando el consumo de ciertas sustancias, como alcohol o el cannabis, ya que se convencen de que les ayudan a hablar mejor.
Dentro de los factores ambientales, la comunicación en redes sociales favorece la autoestima del adolescente con tartamudez, ya que está en igualdad de condiciones al comunicarse de una forma no verbal. Así nadie puede notar sus problemas de fluidez.
Palabras como vergüenza, miedo, descontrol, rapidez o fallo pueden definir lo que significa la tartamudez para un adolescente.

Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

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Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

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