¿CÓMO SABER SI UN NIÑO NO OYE BIEN?

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¿Cómo saber si un niño no oye bien?

¿Qué es la sordera?

Es la pérdida o anomalía de una función anatómica y/o fisiológica del sistema auditivo y tiene su consecuencia inmediata en una discapacidad para oír, lo que implica un déficit en el acceso al lenguaje oral.

¨Partiendo de que la audición es la vía principal a través de la que se desarrolla el lenguaje y el habla, debemos tener presente que cualquier trastorno en la percepción auditiva del niño, a edades tempranas, va a afectar a su desarrollo lingüístico y comunicativo, a sus procesos cognitivos y, consecuentemente, a su posterior integración escolar, social y laboral (FIAPAS, 1990) ¨.

Según el momento de adquisición: diferencias respecto al desarrollo lingüístico.

Dependiendo del momento de aparición, la hipoacusia puede ser prelocutiva, cuando la pérdida auditiva se produce antes de que aparezca el lenguaje, o postlocutiva, cuando la pérdida auditiva se produce cuando ya existe lenguaje.

Según la localización de la lesión.

Cuando la dificultad está en la transmisión del sonido a través del oído externo y del oído medio, hablamos de hipoacusia de transmisión o de conducción.

Si la lesión está en el oído interno o en la vía nerviosa auditiva, se trata de una hipoacusia de percepción o neurosensorial.

Según el grado de pérdida auditiva.

Las pérdidas pueden ser desde leves (el umbral de audición está situado entre 20 y 40 dB), hasta pérdidas profundas (la pérdida auditiva supera los 90 dB y se sitúa entre 91-100 dB), pasando por pérdidas medias (la pérdida auditiva se encuentra entre 41 y 70 dB) y pérdidas severas (la pérdida auditiva se sitúa entre los 71 y 90 dB).

(Clasificación del Bureau Internacional de Audiofonología -BIAP-)

Rehabilitación tras la colocación del implante coclear.

Según varios estudios, en niños sordos prelocutivos (niños que han quedado sordos antes de hablar), el implante coclear hace que empiece a desarrollarse el lenguaje oral en pocos meses. Sin embargo, los beneficios del implante son diferentes en cada niño y dependen además de la estimulación que reciben por parte de profesionales y de la familia.

Debemos tener en cuenta que el rango de sonidos que estos niños perciben a través del implante, es menor que el que se percibe a través del oído. Por eso, el entorno y la atención temprana juegan un papel fundamental. En lo que se refiere al entorno, si la familia es consciente de las consecuencias en el desarrollo del niño con sordera, y toma las medidas adecuadas tanto en casa como en el contexto escolar, el éxito de la intervención es mayor.

Es característico de estos niños que desarrollen habilidades de forma similar a los demás niños, mientras que hay otras habilidades en las que aparecen dificultades. Mientras que, en algunos casos, tras doce meses de uso del implante coclear, el desarrollo del léxico en algunos niños llega a una producción de ochenta palabras, en otros casos esta producción es escasa.

Si analizamos el grado de implicación de las familias en la estimulación, en general, disminuye con el tiempo. Al principio, comienzan a informarse y a poner en práctica todas las estrategias y herramientas que están a su alcance. Con el paso del tiempo, la estimulación disminuye debido a la presión externa, a la falta de tiempo de calidad que dedican al niño, o por otras causas. Cuando no se observan avances en el desarrollo, baja la motivación de los padres.

El desarrollo del lenguaje en estos niños es variable. Sin embargo, durante el primer año de uso del implante podemos observar una mejoría. A nivel de percepción, en los tres primeros meses los avances son más rápidos que en los meses posteriores. Esto podría ocurrir debido a que en los primeros meses están desarrollando sensibilidad al sonido, mientras que en los meses posteriores empiezan a percibir información lingüística, donde aparecen más dificultades para aprender.

El desarrollo del lenguaje depende, en parte, de la información auditiva que nos llega de nuestro entorno. En el caso de niños con implante coclear, esta información llega de manera sesgada, interfiriendo en su desarrollo, tanto a nivel de lenguaje, como social y personal. El papel del logopeda y de las familias en estos casos es facilitar el desarrollo del lenguaje y la capacidad de comunicación, así como la integración social.

Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

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Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

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