ALZHEIMER, PRIMEROS SÍNTOMAS

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La memoria es una de las actividades cerebrales más complejas. Su deterioro es la característica más común que encontramos en la enfermedad de Alzheimer. Esta enfermedad es el tipo de demencia más común. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define la demencia como “un síndrome causado por una enfermedad del cerebro usualmente de naturaleza crónica o progresiva en la cual hay una alteración de múltiples funciones corticales superiores, incluyendo la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el lenguaje, la capacidad de aprender y de realizar cálculos, y la toma de decisiones.”  La enfermedad de Alzheimer provoca un deterioro a nivel cognitivo, siendo el síntoma más frecuente la pérdida de memoria, y un deterioro funcional, ya que afecta a las actividades de la vida diaria.

Es difícil diferenciar entre deterioro cognitivo, demencia y enfermedad de Alzheimer, ya que los síntomas son muy similares y se manifiestan de forma diferente en cada persona. Una característica en común entre estos tres trastornos es una comunicación difícil entre las personas que padecen la enfermedad y sus interlocutores. En la enfermedad de Alzheimer podemos observar problemas para la expresión y para la comprensión del lenguaje, sobre todo a partir de las fases media y avanzada de la enfermedad. Cuando se reduce la coherencia a la hora de mantener una conversación o contar alguna experiencia propia, empieza a ser evidente la existencia del trastorno.

Las personas con Alzheimer presentan más dificultades a la hora de nombrar diferentes categorías semánticas que las personas que no padecen la enfermedad, por ejemplo, nombrar animales, colores o frutas. La fluidez verbal es uno de los principales elementos que evaluamos cuando hay sospecha de demencia, ya que desde las primeras etapas estas personas producen menos palabras. Existen otros problemas, además de los fallos de memoria y la anomia o dificultad para encontrar el nombre de las cosas. La capacidad de resolución de problemas también se encuentra alterada, los pacientes están desorientados, aparece dificultad en actividades instrumentales y, en las últimas fases, no se reconoce a sí mismo/a ni a los demás, entre otros síntomas.

El diagnóstico precoz es importante. Sin embargo, los primeros síntomas de las demencias son sutiles y heterogéneos. La evaluación cognitiva suele ser el primer paso, para posteriormente realizar una evaluación más detallada. La detección de casos de riesgo, como los pacientes que acuden a las consultas de atención primaria por problemas de memoria o depresión, puede ser un beneficio para iniciar la intervención adecuada, retrasar el avance de la demencia o ayudar a las familias en la toma de decisiones sobre aspectos sociosanitarios.

Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

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Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

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