¿CÓMO AFECTAN LAS EMOCIONES A NUESTRO CEREBRO?

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Las emociones impactan en la actividad cerebral directamente. Concretamente el sistema límbico, es una de las partes del cerebro encargadas de procesar las emociones. Esta red de neuronas encargadas de procesar emociones, es complementada por otras partes del cerebro como son el hipotálamo y el hipocampo. El hipotálamo es el encargado de liberar todas las hormonas necesarias para sentir emociones mientras que el hipocampo controla los procesos mentales relacionados con la memoria, y con el recuerdo de situaciones que nos generan emoción de forma que podamos recordar estas situaciones.  Con lo cual nos permite recordar y memorizar las experiencias más trascendentales de nuestra existencia, aquellas que influirán más tarde en nuestro modo de actuación.

La amígdala también forma parte de este proceso y del sistema límbico, pues está vinculada a la respuesta emocional que despiertan las situaciones experimentadas. La amígdala es, pues, el principal núcleo de control de las emociones y sentimientos en el cerebro, controlando asimismo las respuestas de satisfacción o miedo. Es una estructura compleja, siendo una estructura con forma de almendra situada en el sistema límbico del cerebro. Por otra parte, la corteza orbitofrontal, la cual envía ordenes emocionales hacia el lóbulo frontal, es la encargada de la planificación de nuestras acciones una vez recibimos un impulso emocional. Sin embargo, este no es su papel más importante, sino que también asume la responsabilidad de detener los impulsos irracionales de los que el ser humanos a veces se arrepiente.

¿Son malas o podemos evitar algunas emociones?

No, no se pueden evitar las emociones y rotundamente ninguna emoción es mala, simplemente cumplen un papel adaptativo. Las emociones deben ser entendidas como señales internas que dirigen nuestra supervivencia, que busca conectar nuestra naturaleza biológica con el mundo externo en el que está inmersa.

Las emociones responden rápidamente ante aquellas situaciones que atentan contra nuestra integridad y también influyen de forma muy importante en la motivación y el aprendizaje, toma de decisiones, cognición, conducta y adaptación.

Proporcionan una respuesta fisiológica y conductual coordinada con un mismo organismo, como la postura o expresiones faciales, liberación de hormonas, aumento del ritmo cardiaco.

Estas emociones en ocasiones nos llevan a situaciones complejas, nos vemos desbordados por emociones que no sabemos cómo manejar. Es necesario encontrar el equilibrio entre mente racional (lóbulo frontal) y mente emocional (sistema límbico), para ello es necesario conocer nuestras emociones, respuestas fisiológicas y el funcionamiento en general, de forma que podamos controlar y utilizar estas emociones en ocasiones desbordadas a nuestro favor.

 

¿Qué ocurre en un trastorno emocional?

Las personas que desarrollan trastornos emocionales no pueden o no logran regular sus emociones. Las situaciones de estrés continuado y sin una buen gestión o expresión emocional va creando con el tiempo cada vez más angustia, hasta llegar a situaciones donde todo escapa a su control. Por tanto, debemos tenerlo claro: las emociones que no regulamos hoy nos desbordarán mañana, y si esta situación se vuelve crónica pueden aparecer condiciones como la ansiedad generalizada y la depresión.

 

¿Cómo filtramos emociones?

Las emociones influyen en las operaciones de la razón (lóbulo frontal), como hemos comentado anteriormente influyen en todos los procesos de toma de decisiones. Para filtrar y no vernos desbordados por estas emociones es necesario controlarlas desde nuestro lóbulo frontal, expresándolas adecuadamente, gestionándolas hacia actividades más adaptativas.

El control de nuestra mente racional, resulta esencial para que consigamos filtrar las operaciones emocionales y gestionarlas.

Conocer, aceptar y gestionar las emociones mucho mejor, sin rehuir de ellas o negarlas, nos evitará esas inundaciones emocionales tan recurrentes.

Fdo. Mª Carmen Rodríguez Álvarez


Sobre la autora:

María del Carmen Rodríguez

Licenciada en psicología.
Master en estudios avanzados en cerebro y conducta.
Habilitada en psicologia general sanitaria.

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