LA IMPORTANCIA DE LA ALIMENTACION EN EL DESARROLLO DEL HABLA

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La correcta introducción de los alimentos es importante tanto para lograr un correcto crecimiento, así como para el desarrollo del habla. Respetando siempre el ritmo de desarrollo del niño/a, pero sin retrasarlo demasiado, debemos ir introduciendo alimentos sólidos que fortalezcan la musculatura de labios, mejillas y lengua.

 

Hay ciertos momentos en los que puede resultar más fácil probar nuevas comidas, como por ejemplo la merienda o la cena. Son momentos en los que estamos más tranquilos y no llevamos prisa por llegar tarde al trabajo o al colegio. Si, además el niño/a presenta otras dificultades que hacen más complicado este aprendizaje, buscar estos momentos tranquilos se hace más importante.

 

Podemos sustituir el pan de molde por otro que tenga corteza, la tortilla francesa por la de patatas, la fruta triturada por piezas enteras, etc. Como ya hemos comentado, en algunas ocasiones este proceso se hace más difícil ya que primero tendremos que eliminar el rechazo que el niño/a pueda mostrar hacia los nuevos alimentos o texturas. Ahora que estamos en verano podemos aprovechar para comer helado, ya que los alimentos y texturas frías ayudan a aumentar el tono muscular.

 

Otros aspectos que debemos tener en cuenta es el paso del biberón al vaso, aprender a beber con una cañita o ser autónomos en el uso de la cuchara y del tenedor. También es aconsejable, a la hora de comer alimentos que requieran ser partidos como, por ejemplo, un bocadillo o una galleta, utilizar los dientes y mandíbula y no hacerlo con los dedos, dejando que sea el niño/a quien manipule el alimento.

 

Algunas de las funciones del logopeda están relacionadas con la alimentación y los trastornos que de ella se puedan derivar, sobre todo a nivel anatómico y funcional, por lo que ante casos en los que se observen dificultades como las comentadas en párrafos anteriores, es recomendable acudir a un especialista. Son muchos los casos que nos llegan, de niños/as con edades superiores a los seis y siete años, que presentan dificultades en la alimentación, no se entiende bien cuando hablan o siguen presentando babeo.

 

Desde edades tempranas, en las revisiones periódicas con el pediatra, debemos tener en cuenta estos aspectos, ya que nos van a ir aconsejando sobre la adecuada introducción de los alimentos según la edad y desarrollo individual del niño/a.

 

 


Sobre la autora:

Asunción Navajas Santos.

Logopeda. Col/29-1282

Máster ABA. Análisis aplicado de la conducta en autismo y otros trastornos del desarrollo.

Técnico educación infantil.

Actualmente cursando el Máster de Neuropsicología

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