SOMATIZAR, CUANDO LA MENTE CALLA Y EL CUERPO HABLA.

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LA SOMATIZACIÓN.

Queridos lectores abaqueros y abaqueras. En estos tiempos en los que estamos además de las ansiedades, los trastornos obsesivo/conpulsivos y las depresiones, están predominando con bastante frecuencia las somatizaciones. Somatizar según la RAE, es transformar problemas psicológicos  en síntomas orgánicos de manera involuntaria.

Existe una definición sobre somatizar que a mí particularmente me encanta que es la siguiente: “Cuando la mente calla, el cuerpo habla”. En definitiva, cuando alguien se siente mal físicamente, y puede presentar dolor estomacal, de cabeza, fiebre sin motivo, sensación de malestar constante… que no responde a ninguna enfermedad concreta, es necesario acudir al psicólogo o psiquiatra, pues probablemente esté presentando una somatización.

Cómo os digo, en los tiempos que corren están siendo muy frecuentes, y es que vivir en la permanente incertidumbre de que pasará mañana, si enfermarás o no, si te dejarán trabajar o no, si podrás salir de casa o no…. está disparando el estrés y las emociones negativas, que son las principales causas que nutren las somatizaciones. El problema de somatizar es que las personas que somatizan normalmente acuden al médico, el cual emite un diagnóstico y administra medicación, la cual puede enmascarar durante un tiempo los síntomas psicosomáticos, que posteriormente volverán a aparecer de nuevo, ya que no desparecerá hasta que no se inicie la intervención psicológica.

Hoy os voy a dar algunos consejos que nos pueden ayudar a escucharnos y a detectar las señales que nuestro cuerpo nos envía:

  1. Lo primero que debemos hacer  es prestar atención cuando percibimos algún malestar físico como por ejemplo dolor de cabeza, de estómago, vómitos, décimas de fiebre etc… y analizar si pueden estar causados por algo concreto, como por ejemplo si hemos comido algo que nos ha sentado mal, si hemos estado mucho tiempo delante de la pantalla o si hemos estado cerca de alguien que haya estado enfermo y nos haya podido pegar alguna enfermedad. Si no ha sido así, es necesario entonces que analicemos si puede ser una somatización.
  2. Debemos entrenarnos a pensar en positivo, ser optimista y no preocuparnos por aquello que no podemos controlar. En los tiempos que corren debemos ser resilientes y entender que la vida nos puede cambiar de un día para otro, y conseguir adaptarnos.
  3. Las personas que somatizan deben aprender a expresar sus emociones, no reprimir sus sentimientos y llorar si es necesario. Compartir estas emociones con personas de confianza o tus seres queridos, va a propiciar que te descargues emocionalmente y te sientas mejor.
  4. Analizar que situaciones pueden provocar estrés y malestar e intentar evitarlas y/o si no es posible, controlarlas. A veces es necesario gestionar los recursos económicos en buscar ayuda para solucionar cosas del día a día que nos hacen sentirnos mal y nos generan estrés, como puede ser la limpieza de la casa, los deberes de los niños etc…
  •  Llevar una vida sana,  una alimentación saludable, hacer ejercicio físico, dormir bien, relacionarse con amigos… son imprescindibles para sentirse bien y evitar somatizar.

Espero que estos consejos os sean de utilidad y os recuerdo que las somatizaciones son más frecuentes en mujeres que en hombres, y también suelen manifestarse con mucha frecuencia en niños. Es por ello que es necesario si somos padres y madres, observar si alguna de las dolencias que nuestros hijos puedan estar presentando, se deben a que estén pasando por un mal momento emocional.

Sobre la autora:

Pilar Muñoz Alarcón.

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Psicóloga General Sanitaria.

Máster Psicología Clínica Infanto/ Juvenil por la AEPC.

Máster sobre intervención ABA en Autismo y otros trastornos del Desarrollo por la BACB (Behavior Analyst Certification Board).

Tutora de prácticum de grado y máster de las facultades de Psicología de Sevilla, UNED y UNIR.

Coordinadora del grupo de Trabajo de Atención Temprana del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Occidental (COPAO).

Directora del Centro de Psicología Infantil ÁBACO.

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